29 nov 2013

Nueve meses, todo un embarazo!

Siempre me dan ganas de escribir. De alguna manera me ayuda a conectar con energías que andan dando vueltas por el éter, por el universo. Escribir es arte. El arte es expresión. A través de las palabras me expreso!
Tuve un año de mucho crecimiento.
Durante los últimos meses me cautivo una fuerte búsqueda interior. Me propuse volver a conectar con mi niño interior, con mi Benja de la infancia.
Ese niño tan simple y transparente que le gustan los colores, las flores, los árboles, le gusta reír, jugar y divertirse. Ese niño sin juicios. Ese niño que sigue estando dentro mío, y que estaba jugando a las escondidas. Lo fui a buscar, es verdad estaba bien escondido, pero lo encontré.

Pensaba en ese niño. Estuvo nueve meses en el vientre materno. En la panza de mamá. Pienso en las madres y en ese proceso que debe ser increíble experimentar. Son afortunadas las mujeres que traen vidas a este mundo en ese sentido. Si bien el hombre aporta su cuota, el misterio y la magia ocurren dentro de ellas.
Los primeros meses no deben sentir mucho intuyo, pero con los días empieza a aparecer una pancita y dentro de ella un niño queriendo expandirse, crecer, ser. Durante el camino, el niño se mueve, juega, es en esencia. La madre por su parte disfruta el proceso, lo siente, lo cuida y lo ama. En algunos casos lo padece. Vómitos, dolores, mareos, pero lo soporta, sabe que el final de ese camino, de ese proceso, es una regalo gigante. Nueve meses de gestación, de vivir el proceso. Y de repente en pocos minutos de una manera milagrosa se asoma un ser humano al mundo. Nueve meses de espera, de paciencia, de sueños, de felicidad, de intriga, de presencia, de conexión, para que en pocos minutos nazca ese niño o niña para que conozca el mundo.
Vale la pena tanto tiempo para que de un segundo para el otro se termine la dulce espera? Sin duda que si. A partir de ahí cambia todo. Dicen que los bebes te cambian la vida. Tus tiempos son diferentes, tu cabeza es diferente, tu vida es diferente, uno es diferente. El mundo se reduce a una sola cosa, cuidar y amar ese bebe. No hay nada más importante que ese niño. Tu día se dispone a estar con el/ella. A mirarlo, disfrutarlo, alimentarlo, amarlo, aprender de el.
No creo que existan palabras que definan esa sensación. Yo diría que quizás existen gestos que puedan expresar mejor lo que se siente al parir. Las palabras quedan vacías, si se trata de explicar lo que una madre siente durante los nueve meses y luego del parto.

Ayer me visitó una chica, Romi, estudiante de periodismo, para hacerme algunas preguntas del viaje. En un determinado momento, me preguntó lo que sentí al llegar al Magic Bus. Le dije que no sabía poner en palabras lo que sentí al ver ese viejo colectivo en el medio de la nada.
Pero instantáneamente se me vino a la mente un embarazo. Si bien jamás podré vivenciar el milagro de tener un niño en mi panza, mi viaje fue lo más parecido (que al menos mi cabeza puede entender) de un proceso tan mágico como es dar a luz. En primer lugar, el embarazo dura nueve meses y mágicamente, mi viaje duró nueve meses. Nueve meses viajando, conociendo, aprendiendo, a veces con dificultades, como en los embarazos claro, para llegar por fin y luego de mucho andar, al Magic Bus, para estar dos horas y volver.

Tanto tiempo viajando y anhelando algo para que dure dos horas? Vale la pena? Si señores, vale la pena. Como dice la película Pacific Worrior, lo importante es el viaje.
Si tuviera las facilidades me podría haber tomado un avión desde Argentina, y de ahí un helicóptero hasta el bus, y en cuestión de horas estaría en ese lugar tan mágico. Pero la historia no sería la misma. Todo lo que crecí viajando y persiguiendo ese sueño no seria igual. Haber visto con mis ojos y tocado ese colectivo luego de un largo viaje, no me o saca nadie. Fue trascendental. Fue el fin de una etapa, y el comienzo de una nueva vida. Fue el dejar morir viejos paradigmas y hacerme amigo de nuevas formas. Fue entender un montón de cosas. Pero fue necesario el camino, el viaje, esos nueve meses hasta llegar ahí.
Imagino que con un embarazo será lo mismo. Se imaginan quedar embarazadas y a las seis horas parir? Seria raro no? Son necesarios esos nueve meses para generar ese vínculo que generan las madres con sus bebes, es necesario atravesar esos nueve meses para que el bebe crezca y se haga fuerte, es necesario….

Y para mi también era necesario viajar nueve meses. Atravesar un embarazo viajando! Porque el camino es lo que importa. La meta o el hijo son el inicio de algo nuevo, pero también son el fin de un largo viaje. Un viaje único, que solo las madres pueden expresar y en mi caso solo yo pude vivenciar. Porque inclusive el viaje de Tana debe haber sido diferente. Y los embarazos me imagino es algo parecido. Cada embarazo es único, ni uno es igual al otro. Cada uno trae un nuevo aprendizaje y una nueva experiencia.

Los sueños hay que ir amasándolos, viviéndolos, atravesándolos. Si fueran tan fáciles de lograr, la gente no tendría aspiraciones o motivaciones, si total están al alcance de la mano? Que merito tiene soñar algo y a los diez minutos alcanzarlo. Donde esta el sacrificio, donde están la enseñanza, donde esta el aprendizaje, donde esta la vida?

Es importante vivir en estado de viaje. Que lo importante sea el viaje y no el destino. El destino simplemente indica que algo termina y algo nuevo comienza, pero para que eso comience, primero debo atravesar el viaje y aprender de el, para estar preparado para el nuevo inicio.
La vida es sabia y nos pone metas que hay que atravesar.
De nuevo, vivamos en estado de viaje, donde nos toque estar. En el bondi, en el trabajo, en mi casa, en otro país, en este país, donde nos toque. Vivamos con esa mentalidad. La mentalidad del viajero que solo se preocupa por el ahora. Se preocupa por estar conectado con el universo, por respirar, por ser un buen administrador de su tiempo, que en definitiva es uno de nuestros grandes tesoros.

Atravesemos nuestros viajes, que el destino llega solo. Seamos concientes. Vivamos presentes y alerta. Vivamos en equilibrio, para después desequilibrarnos y activar esa búsqueda que nos dará nuevamente el equilibrio. Evolucionemos.  


No hace falta ir hasta Alaska! Que tu viaje sea donde te toque estar!
Vivi con espiritu de viajero!

Benja.-

19 mar 2013

Vivir a Tempo.



“Aunque no tenemos posesiones y nuestra vida es pura y simple, respetamos el tiempo y notamos su transcurso. Estos pequeños relojes nos sirven como recordatorio de nuestra mortalidad y de la importancia de vivir plenamente mientras avanzamos en el camino de nuestros propósitos.”

En estos últimos meses he estado de viaje y he reflexionado bastante sobre el tiempo! Hay una frase conocida que dice “la vida es como un libro, quien no viaja se queda en la primer hoja”.
En parte estoy de acuerdo, pero le daría una vuelta de rosca más. Yo creo que se trata de vivir en un estado de viaje. A que me refiero?
Cuando uno está de viaje no se preocupa por el tiempo, ni por el trabajo, ni por si se hizo tarde, ni por que va a comer. Solamente se interesa en el momento presente, en disfrutar ya, ahora, y que ese momento sea una experiencia única y que alegre el alma.

Por eso me refiero a vivir en un estado de viaje, donde nos toque estar, sea un colectivo, una oficina, una playa o tu propia casa. Se trata de estar más conectado con el hemisferio derecho, con nuestro sentir, nuestro corazón, con nuestra mente de vacaciones. Esta sin dudas es una receta mágica para transitar el tiempo con más calma, con más presencia, más conciencia, más presentes.
Hay una frase de KunFu Panda en que la tortuga dice lo siguiente:“ayer es historia, mañana es misterio, pero hoy es un regalo, por eso se lo llama presente”.

Lo único que sabemos del tiempo es que se nos escurre de las manos y una vez que se fue ya no vuelve. Por eso hay que tener conciencia de tiempo.
Conciencia para que, se preguntarán algunos? Para estar presentes mientras vivimos.
Es un recurso no renovable, se fue y ya es historia.
Creo que la gente sabia, no es aquella que tiene capacidad para hacer fortunas, sino aquellos que pueden dominar el tiempo, porque el que domina el tiempo domina su vida. Todos, pero todos los seres humanos somos iguales frente al tiempo, todos tenemos los mismos minutos, segundos, dentro de un día o un mes, pero sabio es aquel que en un día tiene la capacidad para dominar el tiempo y utilizarlo para hacer aquello que lo hace feliz. Es importante tener tiempo libre y disponible para hacer lo que a uno lo haga mas pleno, ya sea tirarse debajo de un árbol, escribir, leer, trabajar, jugar, reír, e infinidades de cosas mas que nos hacen seres mas conscientes y presentes.

Muchas veces estamos a disposición del tiempo, y el tiempo termina esclavizándonos.
“uy me rajo, estoy apurado no llego a….” “chau después hablamos tengo que ir urgente a…” “ya son las 8!!!, me olvide tengo que irme ya al….”
Eso es ser preso del tiempo.

Hay que parar la pelota un segundo, vivir menos acelerados, disfrutar de las simples cosas que nos muestra la vida.
Nos pusimos a pensar cuantas veces al día nos detenemos a mirar un atardecer, a caminar entre los árboles, a ver a nuestros hijos jugar, a charlar con un amigo, a escuchar nuestra respiración, a poner música, a pensar que quiero de mi vida, a jugar, a hacer lo que mas me gusta??? Eso es tener el tiempo como aliado, es disponer del tiempo para ser más productivo, para hacer lo que me hace feliz.

En febrero estuve en Costa Rica, y uno de los lugares que más me gustó fue Santa Teresa. Ahí me pasó algo raro. Los días eran bastante iguales. A la mañana desayunábamos unas frutas, después íbamos a la paya (del lado del pacífico), luego cocinábamos, un rato de música, guitarra y lectura, luego quizás mas playa o alguna siesta en las hamacas, y a la noche algún fogón o peli! No salíamos mucho de esas actividades. Pero a su vez había mucha gente que hacia otras cosas, ya sea ir a trabajar, a surfear, lavaba, jugaba a las cartas, miraba los mails, etc, etc.

Pero había algo que siempre me llamaba la atención. Todos los días, pero absolutamente todos los días, la gente a eso de las 17.30 se iba a la playa (algunos con mate, otros con instrumentos, otros con música, y otros solos) a presenciar una de las cosas mas lindas que nos puede regalar la naturaleza que es una atardecer en el mar.
Era impresionante, la gente se detenía, dejaba sus preocupaciones, dejaba de hacer lo que fuera, el tiempo de alguna forma estaba a nuestro servicio y yo me animo a decir que hasta era más lento, y todo entorno al sol, una bola de fuego repleta de energía.
Ese instante, era estar presentes, en paz, respirando y viviendo.
Duraba lo que duraba, quizás un instante, quizás una eternidad, pero era como una “obligación” era el momento esperado, era necesario, era mágico.

Atradecer en Sta. Teresa. Enviando el sol a aquellos
que necesitaban su energía!!!

Me hacía pensar mucho en un aforismo Indio que leí estando allá “no somos seres humanos con una experiencia espiritual. Somos seres espirituales con una experiencia humana.” Y ese espíritu necesita de la simpleza del sol, de la arena y de poder frenar para respirar conscientes.

Solo cuando estamos en calma podemos conocernos mas, conocer nuestra mente y dominarla, si el tiempo nos vuelve locos y dependemos de él y corremos tras él, la mente es como un lago revuelto donde si intentamos vernos nuestra imagen se deforma y no nos conocemos. Para poder vernos necesitamos que el agua este calma, tranquila.

De eso se trata, de usar el tiempo sabiamente y poder administrarlo para bien, para generar. No dejemos de mirar, de respirar, de dedicarnos tiempo a estar con nosotros, a jugar, a estar con amigos, a dar las gracias, a mirar a los ojos, a perdonar, a escuchar. Estemos presentes. Vivamos en un estado de viaje como decía al principio!

Como cierre les dejo un poema de mi amigo personal Cesar Silveyra!

Saludos.
Benja.-


...tiempo...

El tiempo es una percepción
Una medida
Una construcción personal
Una de las tantas formas de procesar información

El que no es dueño de su tiempo no es dueño de su vida

El tiempo que fue y el que será no existe
Son solo distracciones
Compilado de imágenes que dan cuerpo a la ausencia
Calesita dónde te proyectas una y otra vez la misma película
Creyendo ver un estreno

Atrapado en tu muñeca
Alimentando miedos
Apurando lo eterno
Jugando a ser dios, encerrando lo inabarcable en la jaula de tu capricho
Así se logra el peor de los castigos:
Ser expulsado del presente
Ese punto fugaz donde se cruza lo infinito y lo eterno,
El único lugar que existe

El tiempo es arte
Lo lineal estalla en mil pedazos ante el pincel de la noche
Cuando la luz del día se esconde
Y su camino celeste, conocido se destapa,
Frazada ilusoria que nos defiende de los fantasmas
Poniendo en nuestra cara el misterio de las estrellas

Velo, ilusión, te corres para sumergirme en el infinito, en mi infinito.

Los que viven de día no creen en las estrellas porque no las vieron.
A su mundo lo sostiene aún una tortuga estresada
No escuchan el bum bum de su corazón
Sólo corren de un tic a otro tac

Amigo desacansá
El tiempo es arte y la canción va al ritmo que quieras ir.
No se llega a ningún lado
Es solo elegir la forma de estar.