27 feb 2010

Todo tiene movimiento!


No se pierdan este videito a puro baile en Colombia!!!!
Bailen en la calle, en la cocina, en el trabajo, donde tengan ganas!!! a bailar gente a bailar !!!!!

abrazo
Cesar

25 feb 2010

+ Hits Musicales


Para toda la gente que me estuvo llamando esta semana porque quiere saber qué otra musica se esta escuchando, acá les van, más hits musicales que se están bailando a lo largo y ancho del viaje. Mil disculpas si les provoocan la incomodidad de tener que pararse y empezar a bailar frente al monitor, a nosotros nos pasó lo mismo mientras cargabamos esta sección.

* Doctorado - Tony Dize
http://www.youtube.com/watch?v=szPIgrYCxSY

 *Algo Musical - Ñejo & Dalmata
http://www.youtube.com/watch?v=7EWEi5zWuRQ

* No necesito - Ñejo & Dalmata
http://www.youtube.com/watch?v=beErF9x5hUY

*Hasta abajo soy yo - Don Omar (las noches sacan un feeling!!!!!)
http://www.youtube.com/watch?v=NtBaFgYMFrc&feature=related

*Más que tu amigo - Tito Nieves ft. Marco Antonio Solis
http://www.youtube.com/watch?v=DtgljKBnskw&feature=related

*Las Avispas - Juan Luis Guerra
http://www.youtube.com/watch?v=Ig9ZEXIUKiU

18 feb 2010

Vivir alegres!

Recuerdo como si hubiese sido ayer, el día que me dieron la nota de mi último examen de la facultad. Si bien no fue hace mucho, tengo el recuerdo muy fresco en la memoria.

“Pastrana, tiene un 9” aclamó el profesor. Automáticamente alce los brazos al cielo y al dar la vuelta mi padre me esperaba para dar un abrazo con mucho contenido emocional de parte mía. Era el fin de una etapa. Me había esforzado durante años para lograrlo y ese veredicto sintetizó tantos años de dedicación.

También recuerdo como si hubiese sido ayer, el día que en la mitad de mi jornada laboral, me fui por Florida caminando a comprar el pasaje de este viaje. Recuerdo las sensaciones que me pasaban por la cabeza, mientras hablaba con el vendedor (de pelo largo y aspecto informal, recuerdo su cara a la perfección) buscando el precio más económico! Cuando el pasaje fue emitido, me puse los auriculares y me puse a caminar feliz por Florida, con una sonrisa interminable cantando una canción de Morodo (tu eres como el fuego)!!!

Estos recuerdos y tantos otros, que me han colmado de felicidad, los recuerdo frecuentemente y automáticamente río. Acordarme esas situaciones me da alegría.

Y de eso quiero escribir hoy, de la importancia de la alegría!

En estos días, hablando con mis compañeros de viaje, reflexionábamos una serie de cosas que nos venían sucediendo y tratábamos de ponerles algún nombre, etiquetarlas!

Por ejemplo, desde la creación de Billy Chopper (nuestro nombre artístico) una mística especial se generaba en la gente. Algo más que un simple show ofrecíamos, y como lo sé? Es simple: porque la gente que nos va a ver nos lo comentaba.

Nos han dicho cosas muy fuertes. “tienen una energía especial”. “Saben transmitir”. “Nos quedamos porque algo raro nos pasó al escucharlos”. “Me emocioné con la canción de las 4 sangres”. “Se los ve felices en el escenario”.

En fin muchos testimonios de personas, tanto amigas como desconocidas, salían a la luz una vez terminado el show.

En estos días me dediqué a pensar cómo llamar a este fenómeno, porque no se lo adjudico a “lo bien que canto o toco la guitarra”, eso seguro que no es el motivo. Ahí me di cuenta y también al hablarlo con mis amigos, que en lo invisible está nuestro éxito.

Estoy convencido que un buen artista no es el que canta bien, sino el que transmite bien. Y ahí es donde estuve profundizando en estos días. Nuestro invisible, nuestro “transmitir bien” tiene un nombre. ALEGRÍA.

La alegría es un arma muy poderosa. Estudié muchas veces que la comunicación no verbal ocupa algo así como el 70% de nuestro mensaje. Nunca lo había creído. Me parecía descabellado creer que haya algo más comunicativo que las palabras. Es verdad que a veces las miradas hablan y mucho, pero las palabras entendía eran lo principal.

Hoy me doy cuenta que la teoría que tanto estudié tiene sentido. En este tiempo sin mucho diálogo habíamos logrado cosas increíbles.

Acá es cuando me doy cuenta que si uno siente bien, el cuerpo está bien. Y si uno vive en la alegría transmite alegría. Lo mismo al revés. Si uno está lleno de odio seguramente transmita odio.

Mucha gente a través de mails nos dice que están seguros que las cosas nos saldrán bien! Yo realmente lo creo. Porque vivimos alegres y de alguna manera eso la gente lo palpa, y a cambio te dan mucho más de lo que esperabas recibir. Es raro de explicar, es como un campo magnético de energía que se irradia y atrae a la gente.

Solemos (ya como un hábito) tener una actitud alegre frente a la gente. Caminamos y bailamos, vamos en el tren cantando, saludamos a la gente, le robamos una sonrisa a los vendedores ambulantes que suelen pasar como postes frente a nuestros ojos, y tratamos de estar en los detalles que por lo general nadie está. Agradecer, hacer reír, y pasar un buen rato donde nos toque estar. El otro día le decía a uno de mis amigos, que teníamos un carisma especial con los más chicos. Y ahora lo entiendo, nos ven jugar, reír, y eso les llama la atención y capta su atención. No están acostumbrados a ver grandes jugando, es un hábito perdido, pero esencial. Jugar!!!

Les aseguro que la alegría genera un ida y vuelta asombroso, y este ida y vuelta es el que nos abre las puertas de lo desconocido, de lo nuevo, de lo posible. Y como ya repetí en más de una oportunidad en lo desconocido todo es posible!

Vivir alegres, de eso se trata. La alegría es más fuerte que cualquier cosa. Y quizás alguno se pregunte porque estar alegres? Bueno, hay muchas razones, pero la principal, es la alegría de ser libre. De vivir la vida que quiero. De ser coherente con lo que pienso y con lo que hago. La alegría de estar vivo disfrutando los momentos!!! No tiene muchas fórmulas, simplemente alegre en la simpleza.

Cuando uno persigue sus deseos, pero sus deseos del corazón me refiero, un universo de posibilidades se presentará. Porque los deseos del corazón son puros y eso es lo invisible que no entendemos pero que la gente capta. Es como la teoría de la ley de atracción, que brevemente dice que uno atrae lo que verdaderamente quiere. Podría parecer mágico y quizás lo sea, pero sea como sea, si esto ocurre, estoy convencido que vamos por el buen camino!

No creo en el destino. Me mata la idea de pensar que nuestro destino ya está escrito y que no puedo ser dueño de mi vida. Pero si creo que nuestras acciones y elecciones determinan el destino y creo cada vez con mas firmeza que las acciones y elecciones que parten de la alegría, traen consigo un buen destino!

Vivir alegres, una práctica muy potente!

Benja.-

Ruta de viaje!

En esta sección trataremos de contar un poco por donde andamos, ya que mucha gente nos pide más detalles de los lugares que vamos conociendo o por donde andamos.


De todos modos en FB vamos subiendo fotos de los lugares que vamos recorriendo (agréguenme y ahí podrán ver los paisajes que vamos conociendo).

En este mes estuvimos casi siempre en la costa Caribe. Cartagena, Isla Barú, Tayrona, Taganga, Santa Marta, Barranquilla. De ahí nos vinimos al Peñol, que queda a dos horas de Medellín. Acá en el Peñol, estamos en la casa de Paulo, un amigo músico que nos abrió las puertas de su finca. Este es un lugar increíble, tiene a un metro un lago increíble y mucha pero mucha paz.

La semana pasada estuvimos en Medellín haciendo unos shows en bares. Por suerte nos fue muy bien, seguramente estemos volviendo los fines de semana para seguir tocando.

Tana se está volviendo a Cartagena por un trabajo que tiene que hacer allá, y yo me quedo en Medellín hasta fin de mes, ya que Cesar se vuelve para Argentina.

Por ahora esas son las novedades. Calculo que en aproximadamente un mes estaremos yendo a Panamá. Ese es nuestro próximo paso al momento.

Gente los mantenemos al tanto de lo que suceda.

Saludos a todos.

Benja

15 feb 2010

Mi cumpleaños (15.02)

15 de febrero. Mi cumpleaños.
Voy a tratar de explicar o expresar lo que siento en este momento especial. Alegría, nostalgia, confianza, asombro, felicidad.

Alegría: de empezar mi cumpleaños al lado de dos personas, que hoy en mi vida me animo a llamar hermanos. Tana y Cesar. Dos craks. Ojalá tengan la posibilidad de compartir una charla, una mirada, una salida o simplemente un escenario con alguno de estos dos personajes que tanto quiero. Ayer festejamos mi cumple en un puestito callejero en la montaña de Medellín bailando Hip-Hop y comiendo arepas con queso. Hoy me levanté y disfruté un desayuno con ellos. La pase muy bien y de una manera muy sencilla!!! Gracias amigos!

Nostalgia: me vienen a la mente mi familia, mis amigos, mi club, momentos vividos con cada uno de ellos, anécdotas compartidas. En fin, es común que al estar lejos y al ser una fecha importante para mí, esto suceda. Y trato de disfrutarlo y no esconderlo. Ayer estuve bastante emocionado interiormente. Es muy loco estar festejando mi cumpleaños dentro de un sueño. Ayer entre otras cosas brindamos por mi primer cumpleaños del viaje. Habrá muchos mas??? Ojalá!

Confianza: en que las cosas nos están saliendo bien. Nuestra clave es la alegría, eso contagia y la gente lo siente. Cuando uno está con el corazón contento, eso se transmite y la gente lo reconoce. Pero de esto hablaré en unos días, ya que estoy procesando la importancia de vivir felices. Todavía lo estoy meditando ja!

Asombro: es raro este punto. Desde que nació Billy Chopper (vean el video los que no lo vieron, esta el link a la derecha del blog) algo raro comenzó a gestarse. Antes de ayer tocamos en un bar. Fue increible!!! La gente nos reconoce mucho nuestra pasión por la música y el baile. De verdad es difícil de explicar. Un ejemplo que me puso la piel de gallina, fue la de dos parejas que estudián medicina y que estaban por irse a dormir (ya que sus estudios los aclamaba) y al ver a tres locos de Argentina entretener a la gente, decidieron quedarse hasta el final. Luego me invitaron a su mesa y me decían que hoy algo había pasado en ellos. Después de hablar un rato, yo les comentaba que nosotros lo que intentábamos hacer era compartir nuestra amistad y nuestra alegría con la gente. Que de eso se trata el arte. Y por suerte el mensaje está siendo comunicado de la mejor manera y me alegra profundamente. Hoy el dueño del Hostel (que nos fue a ver el otro día) nos pidió que toquemos a la noche! Que mejor manera de festejar mi cumple que haciendo música no??? A cambio del toque nos da noches gratis en el Hostel, asi que es un buen trato para ambos. Intentamos siempre dar algo a cambio de nuestro show. Sinceramente tocar por plata no es nuestro objetivo, buscamos dejar algo a la otra parte. Que ambos nos nutramos de la experiencia y que sea beneficioso para las dos partes. De eso se trata. De hecho, ya hemos tocado de onda en algunos lugares por solidarizarnos con la causa!!! (Tampoco somos los Stone que cobran fortuna por función jaja) .

Felicidad: este es el mejor punto. Estoy feliz de vivir. Me siento mas vivo que nunca, con una energía especial.
Estoy feliz, soy feliz, vivo feliz! No le puedo pedir mas nada a la vida. Porque la vida son momentos y desde que empezó el viaje los estoy viviendo a pleno. Disfruto de todo!
Estoy feliz de mi decisión de largar todo e irme.

Por ultimo decirles a todos gracias, por viajar con nosotros. Es importante tenerlos presentes a través de un llamado, un mail, un comentario en FB o blog o simplemente estando al tanto de nosotros. Nos fortalece. Gracias.

Un fuerte abrazo a todos.

Y como me dijo un amigo hoy por mail “que los cumplas, porque feliz ya te veo”.

Benjita.-

12 feb 2010

¿En que andas Tanita?

(foto tomada al momento exacto de alcanzar el nirvana en la cima de la piedra de Guatapé, en Antioquia, Colombia)

*El problema del mundo perfecto.


Es simple y evidente, el problema. Que la palabra PERfectO, ya de por sí contiene un pero dentro. Entonces decimos, “así es perfecto!”… “PERO para vos” nos dirá el primero en alerta. Al mismo tiempo que una persona siente lo perfecto en el ecosistema del Parque Tayrona, donde de todo lo que hay es mucho, la otra lo ve en una sociedad en la que con esfuerzo “todos tienen mucho”. Los países Nórdicos, son perfectos, pero hace frío, y en el sur el sistema es perfecto “pero lo manejan corruptos”. Pensar que alcanzaremos lo perfecto con nuestra mente, ése es el problema. Siempre que escribamos perfecto, estaremos escribiendo los peros en simultáneo. Ahora lo que yo me pregunto es quién soñó éste mundo “perfecto” en el que vivimos. ¿Y donde están los peros? Presente. ¿Para qué queremos crear lo perfecto en nuestra mente cuando lo tenemos en frente nuestro? Lo perfecto se nos escapa como la línea del horizonte a cada paso que damos para buscarlo.

*¿Cuánto vale?

El jugo de maracuyá dos mil. Las cocadas, seis por cinco mil. La carrera del taxi, seis pesitos de noche en Barranquilla, por la hora; el cono bicolor (que en Argentina no hay) a mil barritas, y un terreno en Taganga, treinta millones. Creo que hago o escucho esa pregunta unas seis veces por día. Y lo primero que te pasa cuando te vas a otro país es que se te desdibujan por completo el concepto de los valores que traías. Lo que antes era uno ahora es dos mil y de pronto andás calculando cosas en millones, millones que nunca viste ni vas a ver. A raíz de eso, perdés sensibilidad por las cosas. La sensibilidad pelotuda que te lleva a preguntar a un amigo con sus nuevas zapatillas “¿Cuánto te salieron?”. Empezás a darte cuenta que lo que tanto te preocupa en el día a día y que tanto preguntás, al final es un número en tu mente, como si se tratara de un juego. Por lo general lo ves un poco más claro unos veinte años después cuando te juntás a tomar algo con un amigo y juntos rememoran alguna experiencia, en seguida el de memoria exacta lanza un “te acordás cuando el Platillito estaba a mil?, “uuuuuuuuuu me acuerdo!”. El principal problema al que me enfrento en este viaje no es el aceptar el desafío que sería lograr vivir con esta comprensión, a sabiendas que al fin y al cabo esto no es más que un juego que en seguida podría cambiar de valores, reglas y numeraciones y habría que aprender a jugar nuevamente. El problema es que por más que lo intente siempre habrá una persona que me recordará que hay cosas que no se pueden valorar con un precio. Por favor, que no se confunda con romanticismo y frases trilladas. Es literal, decir que de verdad nunca podré saber con exactitud en cuánto dinero se pueden valorizar todas las millones de rarezas (o destrezas) de las que es capaz Benjamin Pastrana. ¿Cuánto vale un freak que puede bailar con una silla haciendo equilibrio apoyada en una sola de sus patas en su mentón? ¿Y si puede caminar toda la playa con las manos? Además puede: imitar el sonido de un búho con la lengua, hacer sonar una trompeta con la boca, el cantar de un pájaro con un chiflido, cerrar un solo ojo como si fuese independiente del otro, hacer la bandera (colgarse de un caño con los brazos hasta quedar él mismo en paralelo al piso), hijitus, recitar muchas palabras con “p” a una velocidad única y de condimentar las historias en un nivel de exageración que a uno se le olvida que también estaba allí viendo lo mismo (nombro sólo algunas habilidades a modo de ejemplo de una extensa lista en la que invito sean ustedes quienes nutran a través de los comentarios de este blog). Al final, tanta confusión de activos intangibles y cuestiones invaluables me llevan a tomar una opción de vida. Donde lo importante es invertir en las cosas que a medida que el tiempo va pasando, aumentan su valor, en lugar de depreciarse. Cosas como este viaje. Cosas como vivir libre y tranquilamente sin preocuparme, cuánto vale.

*El juego del Gobierno, el gobierno del dinero.

Como vengo con un humor muy político en estas reflexiones no quisiera que falte un caso ejemplar de algo que viví recientemente. Antes de contarlo, me gustaría aclarar que soy argentino y que por lo tanto si quiero saber lo que es la corrupción y la inmundicia, lo único que tengo que hacer, es memoria. Por eso puedo describir el juego que veo que se juega tanto acá como en mi país. Ese juego en el cual todos jugamos pero que tiene pocos ganadores. Ese juego simple en el que se divierten todos pero sólo ganan los organizadores. Es lógico, cuando yo organizaba excursiones de snorkel, no pagaba el barco, porque las organizaba. Entonces cuando al tercer mes de estar en otro país me tengo que ir a hacer un trámite de mi pasaporte para pagar y rogar a un desconocido que me deje quedar, me lleno de rabia. Porque me doy cuenta que sólo dos posibilidades sustentan esa norma; 1) que quién la creó sea imbécil, no le molesten los tediosos trámites, interminables colas y no le angustie estar por obligación llenando papeles con preguntas estúpidas.2) que quién la creó no tenga que jamás pasar por semejante tortura. Entiendo que no hace falta aclarar por cuál me inclino.

Créanme que siempre como organizador, tenés un argumento que justifique tu condición como tal. Es tu trabajo tenerlo, si no te sería imposible conservar tu rol de organizador. La economía, los países subdesarrollados, el peligro de narco-tráfico, la peligrosidad del mar, el dinero. Más que los argumentos yo diría que tienen los aparatos de distracción necesarios para esparcirlos. Como en la historia que desató esta reflexión. La que viví de cerca en cada día de estadía en Isla Barú, donde los nativos, que por varias generaciones vivieron allí, los que descubrieron esa perfecta playa paradisíaca llamada Playa Blanca sin proyectos de inversión del gobierno. Los que lisa y llanamente tomaron posesión de la playa explotando la posibilidad, que por supuesto, sabían que les pertenecía. En todos los terrenos al borde de la playa puedo ver los letreros de propiedad privada y el grupo de guardias de seguridad privada que los custodia con grandes armas. Ninguna de esas tierras pertenece a los nativos. Ellos saben perfectamente que en esos terrenos, en este momento del conflicto, “es zona roja”, máximo peligro, dónde los guardias pueden disparar por “intrusos” a los hijos de los Negritos que viven ahí hace cientos de años. Puedo ver al otro lado de la ciénaga un gigantesco Hotel DeCameron, con capacidad para albergar en una noche en su hotel a toda la comunidad de nativos que trabajan en la playa independientemente. El hotel fue inaugurado a fines del año pasado, y por aquel entonces los titulares de los diarios en su encabezado rezaban: “Se dispara el turismo en Playa Blanca”, “Crece la inversión seria en Isla Barú” y otras pavadas. En las fotos de la inauguración allí podían ver de lo que les hablo. Los “organizadores” del juego saludándose amablemente entre todos. El honorabilísimo señor Presidente, con el ministro de Inversiones y cosas serias, saludando al CEO de la cadena y al Gerente de Relaciones Exteriores en países baratos. ¿Y cuántos negritos festejando en la foto la “flamante entrada de capital de inversión a largo plazo?” Ninguno. Es que ninguno es organizador y pagan menos que lo que se gana en un día de trabajo en la playa por su cuenta (o es más digno). ¿Cada cuánto entonces tienen que pagar la visa para permanecer en este otro país dólares extranjeros de dudoso origen? Cada nunca. Es que el dinero no tiene barreras, no como las personas. El dinero no es tan peligroso, porque si mata, lo puede tapar y si regala las tierras es porque fomenta la inversión e impulsa la marcha ascendente del país hacia el primer mundo. El dinero es bondadoso, aunque sólo sea con los de su especie, ya que sólo protege el dinero. Por eso no hay sistema de recolección de basura en los sectores de la playa tomados por los nativos. Para eso no hay dinero, se diluyó en los chicos con pistolas. Así es el juego de los organizadores. Los que organizan que sea justo el Gobierno….el Gobierno del dinero.

*Acerca de la ironía del lenguaje.

Cuando algo no tiene valor alguno para un Colombiano “le vale verga” o le “importa un culo”. Esta expresión, desde luego, me veo forzado a interpretarla como una total ironía. Porque yo me niego a creer que en su sano juicio alguien pueda olvidar el lugar que ocupa la verga en la vida masculina y mucho menos el culo. Esa compuerta única, sin la cual todo el circuito de nuestra vida sería posible. Yo quisiera que tanto en mi vida como en mi lenguaje, estos dos órganos reciban el trato que se merecen por la importancia que tienen. Por lo tanto, voy a empezar a expresarme de esta manera “conocí al amor de mi vida, la amo tanto, que me importa un culo. La cuido a diario y estoy feliz de que me “abra las puertas” de su corazón porque de otra forma no sabría donde depositar tanta m….” Mejor dejémoslo así. Es una sana ironía.

*El problema del librito

Voy a confesarles algo. Desde que escribo en el blog, a veces, cuando me acuerdo o tengo suerte, ando con un librito con hojas en blanco a mano y algo con qué escribir. Con la absurda creencia de que de esa manera podré captar una inspiración o reflexión que en lo posterior formará una historia digna de ser compartida en el blog. De esa manera, llegando al final de un día en el cuál durante horas de contemplación del paisaje y de escuchar el silencio me vi a mi mismo anotando pequeñas oraciones de a montones, me encuentro con frases como ésta “Nacionalidades propensas para echar culpas”. Esos son los momentos de lucidez en que me doy cuenta cuán pelotudo soy. Imagínense qué pasa por la cabeza de un hombre que cree que tiene tela para cortar (y compartirlo con muchos otros) de una conversación en la que una chica pregunta “¿Alguien vio mi cámara de fotos?” A una ronda de personas que queda en silencio, mientras la inquisidora se queda sin respuesta. Una voz se alza de pronto y responde sin energías ni ganas de convencer, casi por educación “creo que vi unos chicos de Israel ahí donde estaban tus cosas”. Automáticamente se frunce el ceño de quién busca el objeto, su mandíbula se cierra y las hipótesis comienzan “ ¿Israelitas? mmmm”. ¿Ven de lo que les hablo?

*La historia de pescaito.

Me encontraba literalmente sumergido en mi rutina matinal. Digo literalmente porque estaba haciendo snorkel en Isla Barú por la mañana por aquel entonces cuando vivía en la isla. De pronto un pescado del tamaño de una mojarrita (una falange de dedo) color amarillo con rayitas negras se cruzó delante de mis antiparras. No intenté apartarlo y noté que tampoco él quería alejarse de mi. Babeandome de cariño no tardé en bautizarlo. Lo llamé “pescaito”. Se que suena tonto, pero por más que me moviera, por más que nadara de un lado al otro y me olvidara por momentos de él, en cuanto hacía una pausa, rápidamente volvía a aparecer, cobijado cerca de mi cuerpo o frente a mis ojos. Me estaba siguiendo, él a mí, había una clarísima conexión. De pronto me encontré con un cardumen de sardinas. En seguida comencé a verlas volar por fuera del agua, escapando del ataque de un cardumen de seis pescados mucho más grandes que se movían rodeandolás  formando círculos, básicamente se estaban sirviendo un banquete. Pendiente de “pescaito” lo envolví entre mis brazos protegiéndolo. Para que se den una idea de lo que viví, las sardinas en su desesperación por huír, al volar fuera del agua y caer, me tocaban los brazos y resto del cuerpo, en el fragor de la batalla por la preservación de su vida. Atravesamos el cardumen, la orgía terminó y vi el atolondrado conjunto de sardinas sobreviviente perderse en el horizonte. Llegué de regreso a la orilla y hasta la puerta de salida me acompañó mi consentido, “pescaito”. Nunca había vivido algo semejante en contacto con la naturaleza. Al día de hoy sigo agradecido. Agradecido de esos seres que como “pescaito” me muestran su mundo lleno de colores y me piden que les aporte en algo. Son esas pequeñas cosas que afirman la decisión de estar donde uno quiere estar, porque en ningún lugar seré como lo soy allí, fuente de vida para otros seres.

El que mejor rie, nunca rie último (no se puede escapar del destino)

Un amigo mío, Ignacio Hugo, tiene un problema. Su risa es la mejor del mundo. Tan pero tan buena es, que siempre que se entrega a la risa a carcajadas, automáticamente quienes se encuentran con él, son presos de la misma tentación al escucharlo. Lo peor es que es que cuando eso sucede el volumen que alcanza su violenta risotada, puede oírse a más distancia que lo que el ojo humano alcanza a ver. Por eso él vive preocupado. Preocupado por un refrán que sabe que nunca será cierto. Un refrán que nunca le reconocerá que durante 26 años le fueron negados momentos preciosos de esa risa como telón final, de ese cierre perfecto de la historia con él a solas gozando de una carcajada estruendosa. Con toda la humildad de la que es capaz él sabe que su reír es el mejor y más alegre del mundo y que a partir de esas cualidades, jamás podrá ser el último. Con decirles que una vez se tentó en la iglesia y el sacerdote luego de diez minutos de estar doblado en posición fetal, sin importarle que se estuviese ensuciando su alba blanca mientras liberaba parte de la sumisión a la alegría de a golpes de palma en el suelo, secando las lágrimas de sus ojos le perdonó el exabrupto y dio gracias a Dios por que hace años ya nadie reía en su iglesia. Y todos los feligreses mientras buscaban donde secar sus irrespetuosas lágrimas antes de ofender a Dios, dijeron amén. Pobre Ignacio Hugo, ¿Qué vida tan miserable puede llevar adelante una persona condenada a ser la excepción a un refrán? Pero es importante mencionar a Ignacio en esta historia no por su risa contagiosa ni por el refrán que lo atormenta, sino porque es una persona que asume que en sus condiciones, no se puede escapar del destino.


Lo dijeron los griegos hace ya miles de años, pero yo en esta última semana, lo comprobé. Hace unos meses en Cartagena, una persona en la calle nos ofreció hacer un cambio de divisas. Ofreció una cotización irresistible, muy superior a lo que cualquier casa de cambio o banco podía pagarnos. Nosotros con la seguridad de quién transita y trabaja en las calles del barrio Getsemaní hace rato, pensamos que si bien podía tratarse de un engaño, sólo sería plausible de ser perpetrado ante la mirada confiada de un “extranjero, novato, desatento” y no frente a dos “locales, curtidos, que ya se la saben”. Doscientos dólares nos robó con el falso paquete este personaje. Lo peor, es que toda la pantomima la hizo en nuestras narices, sin que apartáramos la vista del fajo de billetes ni por un segundo. Un profesional, en definitiva. No vale la pena detallar cuánto tiempo demoramos en tragar toda la rabia e impotencia que el engaño nos había generado. Pero recuerdo el momento en que ambos imploramos al cielo esa oportunidad de venganza. Esa oportunidad de que los malos alguna vez reciban castigo. Esa oportunidad de tener a un malhechor frente a frente para que pague las consecuencias de sus actos. Y esa oportunidad….llegó. Estaba caminando por la mañana calles aledañas adónde el hecho había ocurrido. No es un dato menor comentarles que durante meses, procuramos estar alertas al tope de nuestra capacidad cada vez que transitábamos su “zona de trabajo” y que incluso, tuvimos encuentros con “colegas del oficio” en los que generábamos falsas situaciones de transacción que súbitamente abortábamos para ver el comportamiento de estos delincuentes. Así, aunque más no fuese de lejos sintiéramos ese aroma del plato de la utópica venganza, cuando el “cambista mago” veía posibles operaciones caerse por su proceder torpe, fácilmente desentrañable para nosotros los “turistas”. Pero en todos esos meses de búsqueda ni una sola señal de Pedro, como se hizo llamar ese regordete de baja estatura y piel morena la mañana del engaño. Como les comentaba, en una mañana en la cual ya me despedía de Cartagena, se acercó por mi punto ciego una sombra ofreciéndome cambio. De un golpe de vista lo identifiqué, era Pedro. No sólo no me reconocía sino que desesperado por captar mi atención para poder embaucarme, no se apartaba de mi lado. Mientras escuchaba, por segunda vez, el discurso con el que teje sus enredos buscaba un policía. Con el argumento de buscar un cierto tipo de jugo que no estaba donde nos encontrábamos caminé unas cuadras hasta que dimos a parar con un oficial. Pedí mi jugo y cuando Pedro me dio la espalda hablé con el policía que se encargó de….traerlo de vuelta frente a mí pero contándole de mi denuncia. No voy a mentirles, pasé por un arcoíris de sensaciones muy diferentes en ese momento en el que frente a mí, el personaje gritando se hacía pasar por víctima. Ganas de matarlo a trompadas, de levantarle la voz, de gritarle muchas cosas, pero luego de que me pude anotar los datos de su cédula que me extendió el policía (que dudo mucho sea la verdadera) y discutir lo mínimo indispensable me fui por mi lado. A los pocos metros, curioso, volteé para ver que hacía ese ser tan detestable. Al verlo caminar tristemente con su ropa de civil perdiéndose entre la gente me di cuenta que ya tenía castigo suficiente con la vida que llevaba. Tapado con gorras diferentes a diario, alerta a que nadie lo estuviese siguiendo, borrando las huellas a sus pasos, tembloroso de que alguien pudiera reconocerlo, reconocer la fuente de mentiras de la que es capaz. Y boté sus datos y ni me molesté en hacer la denuncia, cuando sentí que en mis labios se empezaba a dibujar la sonrisa definitiva. La del que ríe último, la del que sabe que no se puede escapar del destino.

Vean ustedes si la lección fue grande y quedó grabada en mi interior que esa misma semana me sucedió la segunda historia que da basamento sólido a la teoría que retrataron fatalmente los Griegos tantos años atrás. Vaya paradoja, también sucedió con un sujeto que nos ofreció un cambio de divisas. Es una historia larga porque demoró un año entero en acontecer su desenlace. Sucedió en el Parque Tayrona, nos habíamos quedado sin dinero local y necesitábamos urgentemente del mismo para poder salir del Parque en el transporte público que se toma en la entrada. Quisimos cambiar dentro del parque pero era imposible. Motivo por el cual nos arriesgamos a hacerlo con un tripulante de una lancha que veíamos llegar a diario de Taganga. Diez dólares le entregamos en fines de Febrero del 2009 a este personaje que se autodenominaba Eber. Nunca lo volvimos a ver. Pero el cuatro de Febrero de 2010, en mi segunda visita a Taganga, ya cuando iba camino a la buseta que me llevaría fuera del pueblo, lo cruzo de frente. Para mí era tan inconfundible como inexplicable, era el Gordo Eber. Lo saludé y cuando tendí la mano mientras él intentaba recordar de dónde podría yo conocerle le pregunte agresivamente “¿Qué pasa, no te acordás de la gente que le debes plata?”. Ya más forjado por la lección aprendida pocos días atrás les puedo adelantar el final de la historia: me fui de Taganga con el dinero local al valor que en 2009 habíamos fijado entregado pacíficamente y de la mano de Eber. La sonrisa de mi alma por esta muestra de lo que es capaz el destino. Ahora podré decirles con seguridad que no fue la última, ni mucho menos la definitiva, pero que sin dudas, fue la mejor.

Esta es la historia de Billy Chopper

Esta es la historia de una causalidad. La historia de una aventura, la historia de una amistad incondicional, la historia de un sueño que empieza a hacerse realidad. Esta es la historia de estar alerta a lo que es imperceptible.


Billy Chopper! Es más que música. Es entretenimiento, novedad, alegría, es ese lugar para divertirse y no para preocuparse. Son las ganas de compartir, de reírse de uno mismo y hacer reír. Es cambio, es transmitir una filosofía. En fin, es toda la magia que aún no conocemos de qué manera funciona….pero funciona!!!

Billy Chopper, nació un día en el que tres amigos caminaban por la selva, cuando de repente un IVNI (insecto volador no identificado) apareció frente a ellos como una novedad. El diminuto volador poseía un color blanco y un vuelo ascendente, recto hacia el cielo, muy particular.

Frente a tanta novedad uno de los tres amigos preguntó cómo se llamaría esta nueva especie que estaban descubriendo, y uno de ellos dijo “Billy”. Sorprendidos los otros dos amigos se burlaron insinuando que un insecto no podía tener un nombre tan vulgar, e instantáneamente otro de los amigos dijo “Chopper” (por las semejanzas entre su vuelo y el de un helicóptero).

De ahí surgió Billy Chopper, de una aventura de tres amigos, con ganas de ir en busca de lo desconocido. De la vida brotando en la selva, de estar al pedo y de divertirse con pavadas.

Esa es la historia y presente de Billy Chopper. Esperamos que con las imágenes puedan visualizar un poco más acerca de lo que estamos haciendo. Música….y algo más.
http://www.youtube.com/watch?v=ZC6KM3u4xGY


Con amor, Benja, Tana, Cesar.

8 feb 2010

Cesar: 4 sangres un mismo latido


Para leer tranqui y con tiempo porque asi fue como se gestó:

"Cuando por la magia de este mundo quedo absorvido
son 4 sangres que fluyen en un miimo latido
esencia cambiante de todo lo que vivo.

Por la sangre blanca corren mis anecestros mis raíces y sus conocimientos
me alertan sobre el abuso de poder y las posibilidades de crecimiento.

La sangre negra me empuja al ritmo del cosmos potente y sin esfuerzo,
prende fuego mi cuerpo con el golpe de un tambor y cuando bailo soy el unverso.

La sangre amarilla me acompaña fluyendo hacia la calma
con sabiduria milenaria aliviana pensamientos e ilumina el alma.

La sangre marrón me reza sobre rituales y canciones nativas que se nutren de la tierra,
sobre lo cíclico, el respeto, siglos de luchas y guerras.

Afuera luchan y matan por discriminarse
traicionan su naturaleza con un  odio que parece no saciarse.

Pero en mí, conviven, se alimentan y potencian
laten cantan y bailan esperando ser despertadas con paciencia.

Me dirigen hacia lugares, libros y personas donde puedan abrevar,
de ese modo hacerse fuertes y regalar lo que desde siemrpe tuvieron para dar.

Rugen incesantes, en silencio, ocultas en todo lo viviente,
cuando se destapan son imparables y generosas como una vertiente.

Un blanco me enseñó sobre el amor, la familia, los sueños y la importancia de formarme,
sobre ser más amigo mío y la paz en aceptarme.

Un negro, que el alma al morir sale por los oídos
y que su vehículo al más allá es la música y sus sonidos.

Un oriental me enseñó que lo mejor llega a nuestras manos en el presente
pero al intentar aferrarlo nos esquivan eternamente.

Un maya me habló sobre la energía y lo circular de la naturaleza
sobre lo ridículo de imponer e imágenes vacía a las que uno le reza.

Cuando por la magia de este mundo quedo absorvido

son 4 sangres que fluyen en un miimo latido
esencia cambiante de todo lo que vivo."

Cesar

6 feb 2010

Lo trascendental de ponerse en acción.

Si hay algo que nos caracteriza en este viaje, es la constante toma de decisiones. Todo el día, todo el tiempo decidimos cosas. Escogemos para donde ir, donde dormir, donde comer, que hacer, a donde salir, como vivir. En fin, al no tener un destino definido, todo es una decisión. Con los días aprendes a tomar decisiones rápidas, algo que está muy bueno ejercitar, ya que estoy seguro me ayudará en la vida. Cada decisión es una acción y cada acción trae consecuencias.


Muchas veces dudé en realizar una acción. Las acciones en un principio son cortas, es decir es difícil descifrar que puede generar una acción, pero luego de experimentar y tomar decisiones que parecían pequeñas, experimentás que detrás de ellas hay un mundo de posibilidades, de experiencias, de crecimiento.

Un ejemplo para comprender lo que cuento: una noche de luna llena en Tayrona, estaban dos mujeres cantando a la luna. Su voz se escuchaba a lo lejos y luego de dudar si sumarnos o no a la linda música que hacían, decidimos acercarnos al fogón. Y que acertada decisión!!! Esta pequeña acción trajo consigo un mundo desconocido. Esa noche luego de cantar junto con ellas, aprendimos muchas cosas, entre ellas nuestros signos en el calendario Maya, con nuestros características de personalidad, conocimos una nueva manera de ver la vida, etc. en fin, esa pequeña acción, que no tenía otra finalidad más que compartir la música, abrió un mundo de experiencias, a mis ojos desconocidas, y me hizo crecer y aprender otros paradigmas (ver relato de conociendo paradigmas).

Lo mismo el día que conocimos a Fardusa, una chica de Somalía con una historia de vida muy interesante (proviene de una familia Nomade). A Fardu la conocimos en Isla Barú, cuando por la noche caminaba hacia su refugio y la invitamos a sumarse a una amena guitarreada. Desde ese momento entablamos una linda relación. Esa pequeña acción, trajo un mundo desconocido de experiencias, y es algo que no deja de asombrarme. Toda acción, por más pequeña que sea, trae consigo un trasfondo completamente desconocido de oportunidades.

Estoy convencido que la gente se encuentra por alguna razón. El mundo es sabio y así funciona. Las personas que entran en la vida de uno, llegan en ese momento por alguna mezcla extraña de alguna receta desconocida que hace el mundo y llegan para darnos algo, a veces invisible a nuestra razón otras veces más palpable.

Lo exótico que tienen los viajes, es un poco lo que comentaba al principio. Todo es novedad. Todo es acción. No planificás mucho, solo te ocupás del ahora. El futuro no existe. El vivir en lo desconocido me hace estar más vivo, mas alerta, con los sentidos mas florecidos. Y saben que es lo más lindo de vivir en lo desconocido??? Que en lo desconocido, todo es posible.

En un libro que leí en estos días dice lo siguiente “nuestra vida, comprendí, sólo es una serie de instantes, si pierdes los instantes, pierdes la vida”. Por suerte me estoy encargando con mucha conciencia de aprovechar todos los momentos que me regala el viaje. Desde una charla, un paisaje, una playa, una comida, la música, en fin, todo lo que entra a través de los sentidos.

En el mundo no hay coincidencias, parecería como que hay algo (llámese Dios, o una fuerza sobrenatural, o algo) que detecta nuestras necesidades y luego nos envía las personas que aparecen en el momento preciso, para dar respuesta a estas necesidades.

Les propongo que conscientemente al realizar una acción, vean cual era el fin principal, y luego evalúen todo lo que se generó, una vez que la acción fue tomada. Estoy seguro que el abismo entre lo que esperaban como respuesta de la acción y lo que realmente generó es una brecha impresionante.

Después me cuentan!

Benja.-

5 feb 2010

Una imagen vale mas que mil palabras

Lo primero que le interesa saber a un ser humano acerca del otro es su estado de ánimo. ¿Como estás? ¿Que tal tus cosas?
A todos ellos me gustaría decirles que como no encuentro una palabra precisa que defina mi estado de ánimo, o tal vez gastaría mil palabras o más en lo que de un simple vistazo les puede explicar esta imagen.
Y, si con el correr del tiempo esta imagen ya no fuese representativa de lo que en mi estado de ánimo acontece, al menos les prometo que es el objetivo espiritual que anhelo alcanzar.
Es del Parque Tayrona.

Tana

Paralelismo entre el crecimiento personal y la naturaleza:

Me esta costando escribir. Tengo muchas sentimientos encontrados en mi mente, en mi corazón. En estos días, aprendí que es importante no negar los sentimientos. De chicos nos enseñan que es malo llorar o reír en determinadas circunstancias, pero los sentimientos no son ni buenos ni malos, son simplemente sentimientos, que expresan nuestra condición de personas. Hay que dejarlos fluir, aprender a convivir con ellos y entender que son importantes en nuestra vida, nos hacen auténticos.

Viviendo en estos días y conviviendo con mis sentimientos y dejándolos fluir en medio de la selva, me voy dando cuenta que la naturaleza es sabia, es armónica, es imponente. No saben lo lindo que es disfrutar y empezar a conocer sus ruidos, sus colores, sus rarezas y la capacidad de adaptación que adquiere todo, los animales, plantas, árboles, rocas. Todo tiene vida, y todo encaja perfecto y se complementa perfectamente.

Un día caminando por la selva con Tanita y Cesar, nos quedamos atónitos viendo como sobre las inmensas rocas crecían diferentes plantas y árboles. Luego de contemplar en silencio y disfrutar la gran variedad de plantas, nos detuvimos a hablar sobre las raíces de algunos arbustos que estaban frente a nuestros ojos. Estos arbustos se encuentran sobre las rocas y sus raíces cuelgan como si fueran lianas, unos 15 metros aproximadamente, desde las alturas de las rocas. Estas raíces delgadas de diferentes grosores y colores, crecen hasta alcanzar la tierra para afirmarse y crecer. Lo increíble es ver como cuando una raíz llega a la tierra, comienza a enroscarse, se hace firme, toma color, se enanchese. Pero en la naturaleza y en la selva todo tiene su tiempo, quizás algunas raíces tardan menos que otras en llegar a la tierra y crecer. Sinceramente desconozco los tiempos, pero en determinado momento llegan, y ahí cambia la cosa.

Algo parecido nos pasa a los hombres. Nos pasamos muchos años de nuestra vida buscando como queremos vivir. Probamos por un camino, luego por otro, y así hasta encontrar nuestro suelo. Y de eso se trata, encontrar nuestro piso y hacernos fuertes en el. Algunos se demorarán menos y otros mas, y algunas inclusive, quizás estén toda su vida, pero lo importante es la búsqueda. Y una vez que tenemos claro como queremos vivir, o cual es nuestra meta, la clave es ir en busca de esta. No creo que sea fácil, pero una vez que sabemos a dónde queremos llegar y visualizamos esta meta, estamos encaminados. Puede que no la alcances de un día para el otro, pero si al alzar la vista vemos esta meta y la atractiva que es, y si creemos en ella y tratamos de alcanzarla es una buena señal.

En estos días descubrí que lo importante es escuchar la voz interior, que es silenciosa, pero que si le prestamos atención es sabia. Estoy convencido que la voz interior tiene respuesta a las preguntas mas trascendentales de nuestra vida. En un libro que estoy leyendo (El santo, el surfista y el ejecutivo) dice lo siguiente: “…si uno reserva tiempo para el silencio, la tranquilidad y la soledad, empieza a hablar la voz de la verdad. Y mientras mas he confiado en su consejo, mas se ha enriquecido mi vida”. Por suerte en este tiempo, tuve rato para hacer este ejercicio y tratar de ponerlo en práctica es un lindo desafío! Escuchar la voz del interior exige pensar y pensar no es nada fácil, como dice la letra de una canción de un amigo: “Bancate pensar”, pero en este ejercicio de pensar y de buscar en nuestro interior, se encuentra esta voz que nos guía hacia nuestra vocación, a nuestra razón de ser.

Pero como la naturaleza me enseñó en estos días, todo proceso tiene su tiempo, y cuando llega el momento se ven los frutos. Estoy convencido que todo suceso de la vida es una oportunidad para aprender. Como diría Gandhi “vive como si fueras a morir mañana, aprende como si fueras a vivir para siempre”. Desde las raíces que buscan su piso para poder sobrevivir, hasta lo que demora en crecer un coco en una palmera o en erosionar una roca. Todo a su tiempo, en armonía. Cuando sea el momento preciso, el momento llegará, y lo importante es estar preparado en ese momento, en ese instante. Pero para llegar, hay que buscar. De eso se trata, una búsqueda inseparable de la verdad. Buscar.

Benjita.-

Conociendo paradigmas


 
Antes de explayarme contaré una breve anécdota: Estuvimos una semana en Tayrona (ver fotos fB). Tayrona es una reserva natural de 15 mil hectáreas, que tiene mar, sierras, y mucha pero mucha selva. Es un lugar paradisíaco y con mucha energía y naturaleza viva. Te diría que difícil de describir, pero antes de ampliar el título vale contar una anécdota.


Para ingresar a Tayrona hay que pagar aprox $70. Pero luego de hablar con unos amigos nos dijeron que se podía entrar por unas fincas que rodean el Tayrona por tan solo $4, a lo cual accedimos sin mucha ciencia. El riesgo lo tomamos 11 personas, 4 cordobesas, las cuales se generó una amistad muy linda, una colombiana, una amiga de Somalía otra de Turquía y Tana, Cesar, Agus (El Cordobés) y quien relata.

Cuando llegamos a la finca, y luego de hablar con el hombre del lugar, nos permitieron ingresar “clandestinamente”. Caminamos a través de un río y luego ingresamos al parque.

Un lugar imponente. Estuvimos caminando alrededor de 4 o 5 horas por medio de la selva (selva de película) con nuestros víveres (mucha agua, comida, bolsos, etc. etc. etc.). Una ardua caminata por medio de la selva. No se dan una idea lo lindo que es caminar por medio de un lugar lleno de vida, es un banquete para los ojos!!! Ya casi al atardecer, salimos a una playa y sin mucha opción me encargué de tramitar la dormida. El hombre que nos recibió, muy amablemente nos dijo que esperáramos tranquilos así nos armaba las carpas y hamacas. Y así lo hicimos. Pero algo no me cerraba y me dejó algo inquieto, a tal punto que le comenté a una de las chicas, “me parece que nos va a cagar”. Pero porque nos iba a cagar??? Si ya habíamos arreglado precio y todo!!! No tenía mucha lógica. Pero así fue, al notar que ninguno traía la pulsera (que te dan al pagar) llamó a la policía y en cuestión de minutos teníamos una camioneta con tres polis invitándonos a retirarnos. Durísimo, tanto caminar para nada. En realidad lo que si valió la pena fue explorar la selva, y la anécdota en sí, el resto un garrón, no lo podía creer que después de tanto esfuerzo me tenía que ir. Cuestión nos fuimos a unas cabañas cercanas y al otro día como buenos cristianos pagamos la suma correspondiente.

Que vimos en el Tayrona? Te cuento: miles pero miles de lagartijas, iguanas, babillas (cocodrilos) ardillas, burros, caballos salvajes, hormigas gigantes, tortugas de agua, unos árboles imponentes, un mar furioso, sierras, mucha selva, muchos colores de la naturaleza, rocas realmente gigantes, y la posibilidad de conocer gente muy especial.

Antes de entrar y ahondar en el título de esta “crónica” voy a hablar de dos personas, las cuales conocimos en Taganga y realmente hablar con ellas te rompe la cabeza. A tal punto que nose si es bueno o malo que te cuenten su historia. Pero mas o menos es algo así.

Ellos son Mark e Indira. Mark es un español que salió hace un año y medio de Alaska en bici y su idea es llegar a la Patagonia en bici, entienden esto??? Yo no!

En la mitad del trayecto conoció a su actual novia, la cual sin dudarlo se sumó a la aventura. Le tomó una semana decidirse a seguirlo, y claro, las decisiones de peso se toman con cautela! Estuvimos hablando con ellos un buen rato y quizás lo que mas me hizo pensar fue una frase que nos dijo.

Mark contaba que profesionalmente ya había alcanzado un punto de realización personal suficiente para vivir tranquilamente y cómodo. Pero no se sentía contento con estos logros y fue ahí cuando decidió cambiar su vida y comenzar la aventura en dos ruedas. Luego de conversar sobre esta decisión, me dijo una frase que aún recuerdo con frescura: “prefiero un futuro incierto pero escrito por mí a un futuro ya conocido por el mundo!”. Una gran verdad, la cual comparto en su plenitud!!! Que mas lindo que ser el protagonista original de tu propia vida!!!

Por otro lado conocimos a Fardusa, una negra divina (en todos sus aspectos ja) oriunda de Somalía. Su familia son nómades. No se dan una idea lo que es escuchar los relatos de los nómades. Tienen una manera tan distinta de entender la vida que por momentos no le encontras una lógica. Los nómades son nómades, ya que van persiguiendo las lluvias. A nosotros nos llaman los perdidos, ya que perdimos nuestro rumbo, el contacto con la naturaleza (o algo así). Se movilizan con sus animales y caminan por el desierto días hasta alcanzar la zona de lluvias o donde haya agua. Tienen una manera de vivir completamente distinta a la nuestra y escuchar algunos ritos o cotidianidades de los nómades, es un ejercicio muy interesante para hacer. Son mundos interiores muy diferentes a nuestra cultura.

Por otro lado en el Tayrona conocimos una familia muy loca. Eva (34) y Belén (25) las principales protagonistas. Decidieron cambiar su forma de vivir y ahora viven una en el lago Titicaca en Bolivia y la otra en una comunidad en la Patagonia que se llama Epuyen. Sus historias increíbles. Viajan con su familia a dedo y son gente que disfruta de la naturaleza de una forma admirable. Una noche cuando ya estábamos por ir a dormir luego de contemplar la luna llena, se pusieron a cantar a la luna. Entre otras cosas cantaban: “como no voy a cantar? si tengo todo para cantar, como no voy a reir? si tengo todo para ser feliz”. Muy lindo y que real. Luego entablamos una conversación y Belén nos leyó nuestro símbolo en el calendario Maya. Le decíamos nuestra fecha de nacimiento y nos decía que somos. Realmente me sorprendió lo acertada que fue mi descripción. Sinceramente nunca creí en los signos y esas cosas, pero ahora de a poco voy cambiando mi parecer. Confío en que la naturaleza es sabia, y que los hechos no están librados al azar, sino que todo guarda una perfecta armonía, y dentro de esta armonía estamos nosotros.

Luego de escuchar durante un largo rato nuestras características, fortalezas y debilidades, Belén nos contó un poco su historia. Ella estudiaba como cualquiera de nosotros, y un día decidió ir por un período de 13 lunas (un año) a vivir con la comunidad esta del Sur. Es hasta el día de hoy que sigue viviendo ahí. Es impresionante ver como viven. No se preocupan por la hora (de hecho no saben que hora es en ningún momento) ni porque día es. Simplemente disfrutan de la naturaleza, y de una vida simple. En un momento nos pusimos a hablar de las empresas y dijo algo que comparto plenamente: “yo no trabajo en una empresa porque ellos disponen de tu tiempo y por ende de tu alma, y si tienen tu tiempo, tienen tu vida”. Me dejó pensando mucho. Sigo pensando en esa frase.

En fin conocimos muchos personajes que todavía estoy digiriendo. Una de las cosas que me propuse en el viaje fue esto mismo: conocer otras maneras de pensar, vivir, sentir, vibrar, y tomar algo de cada una de estas experiencias y buscar la manera en que yo quiero vivir. Pero por ahora es mucha información junta. Todo es atractivo, todo es nuevo, todo es original a mis ojos.

Aprovecho para mandarle un beso a Lola mi hermana a quien quiero mucho y me pidió que la nombre en el blog y les dejo la pag. de Mark e Indira. www.2greenprints.org

Benja.-

La importancia de una brisa

Esta es una de las historias más importantes de mi vida. Es importante por el peso de la lección que tuve la suerte de poder tomar desde un puesto más cercano que el de la primera fila de alumnos de una clase. Tuve la suerte de poder participar como protagonista. Esta es la historia de Nelson y de todo lo que viví en la Isla Barú, en las proximidades de la costa de Cartagena, Colombia.


(el refugio las primeras semanas)

Llegué al refugio de Nelson por una de esas situaciones a las que uno se entrega con confianza ciega como si fuesen impuestas por una imperiosa orden del destino. Fue porque una hippy chilena la tarde antes me lo recomendó por “ser buena persona”. Si, si, y si amigos, el destino se sirve de cualquier medio para comunicarnos los mensajes importantes, hasta de Chilenos. A mí también me sorprende tanto como a ustedes. No podría decir a ciencia cierta si escuchando esa voz del destino decidí llegar a la isla con menos dinero que lo que vale un almuerzo decente o si fue por el contrario, ignorándola. Pero lo cierto es que después de una hermosa aventura en la que pude arribar a la isla mediante aventones (de todo tipo, de bus, de moto, del ferry, de un camión de carga de un hotel y de un barquito de unos pescadores) me pareció lo más justo (y necesario) notificar desde el primer minuto de diálogo a Don Nelson la situación para que este buen hombre, sintiera clemencia y compasión por este aparente mendigo extranjero. Yo lo viví como un pequeño experimento. ¿Qué puede pasar si uno sale de su casa indefinidamente y sin dinero? Ésa era la pregunta hipotética. Tal vez sería bueno reconocer que parte de mi quería desafiar las palabras de la Chilena, ya que si hablaban lo cierto me beneficiaría y si mentían, las desenmascararía. Don Nelson suspiró cuando le dije la cantidad de dinero que portaba, y como un abuelo que a regañadientes hace lo que su mujer de hace 40 años le pide, me recibió en su humilde refugio. En aquel momento el refugio contaba únicamente con una agrupación de maderitas en un rectángulo que formaban la cocina, y una pequeña choza donde se resguardaban del sol dos carpas de dos personas entradas en años. En un pequeño letrero amarillento del tamaño de una hoja A4 podía leerse en una cursiva sencilla el nombre con el que comenzó a trabajar el refugio, “Don Tubo”. No había nadie hospedándose aquella noche. Era la primer semana de Noviembre. Coloqué la cinta de equilibrio entre dos árboles con vista al mar y me embarqué con seriedad al desarrollo de mi investigación. Es decir, me puse a hacer todo menos preocuparme por ya no tener dinero. Durante una semana, sin excepción y en un promedio de tres veces por día, Don Nelson se encargó de servirme un plato, sin preguntarme nada, sin reclamos, sin suspiros de desdicha, ni ademanes que pudieran alejarme del sentir como convidado, absolutamente sin peros. Durante esa semana, por supuesto se hizo potente el deseo de retribuir de alguna manera tanta generosidad sin fiscalía. Comencé por invitar a los turistas que veía rondando por la playa. Si cruzaba cinco por día era porque ese día se había desbordado el flujo de turistas a la isla. Las playas desoladas eran la afluencia propia de esa época del año. De pronto, aparecen los primeros comensales, un grupo de viajeros que había invitado yo! Me di el gusto de atenderlos como si el refugio fuese mío. Nelson emocionado hasta les ofreció un descuento. Allí el experimento arrojó una primera tesis. Si salís sin dinero, generas dinero. De a poco en aquellos días pude ir conociendo a Don Nelson. Su aspecto físico es mejor que lo vean en las fotos, tomadas indefectiblemente de día. Pero su personalidad, mis amigos, es lo que vale la pena retratar y contarles verdaderamente. Cuando las conversaciones con él se extienden en diálogos de más de cinco palabras es porque probablemente ese día se encuentre en estado de verborragia. Cuando se levanta a las cinco de la madrugada para comenzar a barrer y trabajar en el refugio es porque ese día está muy cansado o flojo, por no decir que trabaja como lo “negro” que es. Siempre teniendo en cuenta que es el último en acostarse luego de escuchar durante dos torturantes horas los alaridos de Johny Copete previniéndonos de Satanás y las fornicaciones. “Un pastor bendecido con mucha fuerza de Dios” según lo describe su radioyente incondicional de Barú. Las frases más comunes de este hombre sencillo creería que son todas las de la familia “si Dios quiere” o “con el favor de Dios, vamos para adelante”. Más que frases (que nos encantan pero que no nos animamos a vivir) yo diría que son los motores que lo impulsan a Don Nelson porque desde que lo conozco puedo afirmar con total seguridad que jamás lo he visto renegar de su trabajo, ni del exceso estresante ni de la escasez angustiante. Jamás. Y sí, en cambio, lo he visto sonreír innumerables veces. Cada vez más con el correr del tiempo y en la medida que el trabajo incrementaba. Tiene esa sonrisa compradora, la de viejito sabio y simpático. La de una persona de bien.

En esa semana mágica, pasaba mis noches mirando el mar, agradeciendo por tan maravilloso vuelco del destino. En las sillas hechas a mano por Don Nelson (al sentarte en ellas obligatoriamente tú mirada queda dirigida al vasto cielo de estrellas) me alejaba de los jejenes que azotan la isla cuando los vientos del verano todavía no han comenzado. El calor que hace de noche te mantiene húmedo. Pero en la orilla del mar corre una agradable brisa. Una brisa suave, relajante, te aleja los insectos y con la precisión de un termostato lleva tu cuerpo a la temperatura exacta, ideal. No podría decirse que se trata de viento. Es un soplido, una caricia. Una brisa cumpliendo un papel fundamental, un papel de reparto que de no ser por la sed del público, pasaría inadvertido. Una brisa de la que no conocemos origen, alcances ni todas sus consecuencias. Una brisa de la que no alcanzaríamos en varias vidas a medir a sus efectos. Nunca sabremos a cuántos salvaría de una fatídica noche ni a cuantos insectos alejaría de servirse de un banquete de carnecita dulce y blanquita. Una brisa, así de importante.

En esas noches convinimos con Nelson la posibilidad de desarrollar un negocio conjunto, yo traería los turistas en lancha desde Cartagena para llevarlos a su refugio. Era una situación de gana-gana. Durante los dos siguientes meses operó de esa forma Playa Blanca Express llevando y trayendo gente adonde Nelson. No era un éxito rotundo la empresa ni sus dividendos. Pero al menos el refugio con mucho esfuerzo comenzaba a crecer. En la primer semana que regresé la hija mayor de Nelson, Ingrid, se había convertido en su primer empleada, ayudándole en la cocina. Lo curioso es que ambos quedaban ocupados en atender la cocina durante todo el día, y sin embargo de un día al otro cuando me iba y regresaba con un nuevo grupo, veía progresos. Porque, por si fuera poco con el día, Nelson trabajaba a veces por las noches. Primero lo pintaron y lo pusieron bonito, lo decoraron, después construyeron más cabañas donde colgar las hamacas, hasta que hoy al cabo de tres meses finalmente pudo construir el baño. Una pinturita quedó, con cañería y todo. Sin haber perdido su rustiqueza hoy es uno de los refugios más lindos de la isla. Vale aclarar que pudimos trabajar como playa Blanca Express y llevar lanchas a duras penas hasta principios de Diciembre. Después llegó la temporada alta y la ambición ajena de grandes billetes nos dejó inhabilitados de trabajar. ¿Entonces porqué creció tanto el refugio en los meses en que ya no le llevábamos gente? La respuesta es simple: por facebook. O si lo prefieren, “por marketing de persona a persona”, como respondería un recientemente egresado de Economía Empresarial para impresionar a los analistas en el focus group de una entrevista para un puesto en Unilever. Entusiasmado con lo que estaba viviendo en aquellos meses me encargué de divulgar a cuanta persona conociera sobre este dichoso personaje y su refugio. Durante la temporada alta, cuando los Argentinos vacacionan, llegaban uno atrás del otro, los grupos de chicos y chicas. Era el efecto de la bola de nieve rodando por la montaña, agrandándose exponencialmente semana tras semana. Indirectamente todos llegaban por lo mismo, ese susurro al oído del destino, o en el caso de los hombres, por el simple hecho de ser imantados a quedarse, al ver un grupo de caramelos de San Isidro almorzando en el restaurante.

¿Pero saben, mis queridos amigos, a qué atribuyo yo tanto crecimiento?

A la importancia de una brisa. Esa de la que estaba muy al corriente Don Nelson, de que soplaba cada mañana a su favor cuando todavía a obscuras era el primero en levantarse a barrer las hojas de la playa y preparar los cocos para enfriar para ese día. Más que ninguno puede contarles Don Nelson que no toda brisa es “a favor”, cuando una vez que había construido su cocina se la tumbaron otros nativos que reclamaban el espacio. Quién no sabe dónde va, ningún viento le favorece. No era este el caso de Nelson que para que no pudieran volver a echarlo trabajó de corrido dos días y una noche en la construcción, y así al salir el sol del día siguiente ya directamente estuviese funcionando el local con clientes. Esa brisa que desconocía yo totalmente al salir de Buenos Aires, y que tampoco veía mucha gente que no entendía el porqué de mi partida. La que creía poder ver de dónde venía y entender hasta dónde llegaría cuando subía las fotos a la red de redes. Esa que de de encender el aire acondicionado todos ignoraríamos. Esa brisa que trabaja lenta, milenaria e imperceptiblemente pero que es la responsable a la larga de haber formado las paradisíacas playas que habitamos. Esa es la brisa que me anima a seguir en esta aventura. Es la que me trajo hasta acá. Es la que no ven los que piensan que se trata de grandes vientos tormentosos con sus resultados inmediatos. Esa brisa que nunca antes había percibido al mirar el recibo del sueldo. Así de importante, es la brisa.

Tana