Hace rato que no escribo en el blog.
He recibido algunos mails preguntando porque. No tengo
respuesta a esa pregunta. Quizás no tenía que escribir, quizás no tenía ganas, quizás
no me salía, quizás…
Pero hoy tengo un motivo. El blog respeta y es amigo de los
viajes. Siempre las notas guardan en algún plano algo relacionado al viajar.
Esa hermosa sensación que nos permite volar libres por un ratito.
Hoy me toca hablar de un viaje muy distinto. Y esta vez no es
un viaje mío, pero si del viaje de alguien, del cual yo aprendí mucho.
Es el viaje de la muerte. Este viaje que tanto miedo nos da
y que miles de personas han escrito al respecto. Cada uno tiene su propia aprecicación sobre la muerte.
Unos creen que es el final de la vida, otros que es el
comienzo de una nueva etapa, otros que es el pasaje al cielo, algunos que es el viaje al infierno. Están los que aseguran que te vas a las
nubes, otros que es el encuentro con los que ya no están, otros simplemente
creen que no pasa nada, y miles de opiniones que en definitiva son solo teorías
y mas teorías, porque la realidad, es que hasta que no le toca a uno, nadie
sabe con exactitud que es lo que nos va a pasar. Y es por esto que se habla
tanto, porque no lo podemos controlar, y el hombre le teme a esto, a no tener
certezas ni seguridades, y a cambio solamente algunas suposiciones. Que
necesidad de tener todo bajo control que tenemos! Yo creo que a veces hay que
soltar y confiar, y que el Universo fluya como un río que sabemos que en algún
momento nos encontrará con el gran océano.
Hace unos días le toco decir adiós a un mujer íntegra. A una
mujer que vivió su vida con plenitud. Le toco partir a mi querida Abi. Mi
abuela. Nuestra abuela.
Su partida, además de mucha tristeza, me dio
paz. Paz porque yo creo que la muerte es el paso a un plano distinto,
incomprensible y en esencia sutil.
Un plano donde van todos nuestros otros cuerpos, el álmico,
el espiritual, por ejemplo, pero que el único que se queda es el corporal. Que
según mi creencia, es el único que muere. Nuestros otros planos van evolucionando in eternum!
Abi está en un nuevo viaje, que solo pueden entender
aquellos que ya no están a nuestro lado, aquellos que ya han partido. Me agarro de estas suposiciones, de
mis creencias, porque me dan paz. Ese es la única razón por la cual creo en lo
que creo. Porque me hace bien.
El día que Abi partió, en su nuevo viaje, escribí esto, que
les comparto.
Benja.-
Te pienso y lloro, cada lágrima que cae por mis mejillas,
contiene una anécdota con vos, contiene tu abrazo, tu alegría y tu terquedad,
tu simpleza y tú enrosque, tu belleza y tu carácter, cada lágrima contiene tu
esencia.
No quiero dejar de llorar, quiero seguir viviendo y
recordando nuestras miradas inocentes, nuestras miradas de ternura, nuestras
miradas cómplices.
Tus ojos de estrella, tus manos de mar, tu abrazo de cielo,
tu mirada de paz.
Tu presencia se magnifica con tu ausencia. Estas en todo lo
que veo, estas en todo lo que huelo, estas en todo lo que toco. Estas en mi
sentir.
Me sorprendes interrumpiendo pensamientos fugaces y ocupas
mi todo.
Que linda sos. Abi. Abi. Abi.
Sin pedírtelo tocas la puerta y entras, yo río y te vuelvo a
abrazar. Un abrazo intangible y de ensueños. Cielo y mar se nutren en ese
abrazo.
Quiero volar hasta tu pecho y descansar ahí, sin miedos, sin
preocupaciones, sin tiempo, descansar y que tu mirada me mime.
Miro por la ventana con la esperanza de que te asomes, y
levantes tus manitos y saludes. Mientras miro, me río, se que estas en otro
plano, uno mas sutil, mas puro, mas Abi.
Mi vacío se colma con tu risa, con deco din deco dan, a la
lata al latero, con galletitas lincoln pum para mama y tantos cuentos de fantasía
que atraían la atención de nosotros tus nietos, y que hoy repetimos a nuestros
sobrinos e hijos.
Una vez un amigo me dijo, que los milagros ocurren alrededor
de la persona que decide irse. Así es, sabias palabras. En este tiempo la
familia se unió, creció, te despidió. Milagro de la vida. Milagro es tu vida.
Abi campeona del mundo. Tan chiquita y tan ganadora.
En mi silencio te haces fuerte, en mi ruido te haces
presente y te impones, en la soledad te haces compañera y en el ahora sos.
Gracias por tu legado, por enseñar las reglas más básicas de
la vida, amor, alegría y sonrisa. Te extraño. Te voy a extrañar. Viejita
querida, nos vemos en otro viaje!
Chiquiiito (como así me decías cada vez que te contaba
alguna travesura en vista).