Esta ciudad me dio más de lo que le pedí. En el arte culinario, me atrevo a decir que incorporé 50 variedades de frutas, jugos y comidas que jamás antes había degustado. Entendí algo que siempre repetía porque me causaba gracia de mi abuelo (oriundo de Colombiano). El decía que en la panza se mezclaba todo. Tuve que venir hasta Colombia para entenderlo. Explico: en lo de mi tíos Gómez fui a comer varios días. Uno de estos días, me dieron de entrada sopa de espinaca con papas pai. Plato principal: plátano frito y luego arroz con pochoclo (el de cine) y cerdo. Una locura muy rica y nutritiva. Siempre acompañado de un fruto licuado diferente como bebida principal.
Por suerte fueron 5 días prelúdicos. Me vinieron bien para pensar, leer, conocer mi familia, entender la cultura, para ser feliz y prepararme para todo lo que se viene, que espero no sea poco.
A todos los que hicieron Bogotá posible muchas gracias. No lo olvidaré jamás.
Benja.-
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